Mujer que se respete disfruta ver una película de amor, drama o ficción, y poder llorar a moco tendido sin sentirse incómoda, es más, nos sentimos triunfantes de lograr esa conexión tan grande con la película.
Pero no todas las historias ganan este mérito. Es la combinación del guión, los actores, personajes e incluso la compañía, la que nos hacen llegar a la cúspide del disfrute de las películas. ¿Y qué me dicen cuando hay llanto y risa a la vez? Esto si que es un bonus inimaginable. Y es que a todas nos gusta pensar que hay historias cursis y bonitas que se pueden hacer realidad, o tratar de que nuestras experiencias (poco parecidas) se asemejen a las de los inspirados guionistas del séptimo arte.
Por eso y sólo por eso (no porque sea fanática a este tipo de films), hago un recuento de las mejores películas para llorar y disfrutar, catalogadas de la siguiente forma:
Tipo A: Romance a flor de piel
Tipo B: Existencialistas a morir
Tipo C: Imposible no llorar
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Película tipo B: no sé si fui yo, pero al terminar lloré por 2 horas continúas. Les dejo la interrogante de si ustedes sintieron lo mismo.
